La guerra cambia y también el modo de representarla
Podría decirse que a lo largo de la historia todas las civilizaciones han preferido la paz mas que la guerra. Si leemos a pensadores y gobernantes de todas las épocas parece que hay un consenso en cuanto al tema. Empezando desde la edad antigua podemos encontrar frases tan célebres como la del poeta griego Homero del siglo VIII a.C. en el que afirma: “El que ama la guerra civil es un hombre sin lazos de familia, sin hogar y sin ley”. Parece que era consciente lo que una guerra solía y suele acarrear. El historiador griego Heródoto de Halicarnaso (484-425 a.C.) dijo que ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba y en la guerra son los padres quienes llevan a sus hijos a la tumba, haciendo referencia a las calamidades que suponía la guerra. Sun Tzu (544-496 a.C.) en su mundialmente conocido libro “El arte de la guerra” escribió que el arte supremo de la guerra es someter al enemigo sin luchar. Proponía la utilización de pactos o acuerdos antes de soluciones agresivas que a su parecer eran muestra de la limitada capacidad de razonar. Autores mas modernos como el humanista y filosofo español Juan Luis Vives (1493-1540) dijo que la guerra es ocupación más propia de bestias que de hombres. En la misma linea se pronunció también El teólogo, obispo, poeta y escritor francés Francois Fenelon (1651-1715) cuando afirmó que las guerras son un tipo de conflicto, donde ambas partes siempre pierden lo mejor de sí mismas. Simón Bolívar (1783 1830) también era consciente de los beneficios de la paz cuando sentenció “de la paz se debe esperar todo, de la guerra nada más que desastre”. Los testimonies en el sentido apuntado son innumerables. El estadounidense George Marshall (1880-1959) jefe del estado mayor durante la segunda guerra mundial y político dijo que el único medio de vencer en una guerra es evitarla. Como podemos ver son numerosos los alegatos contra la guerra que se han realizado durante la historia de la humanidad. La idea de que la guerra no ofrece nada positivo parece que es un consenso.
Pero hoy es el día que aún perduran las guerras y no solo perduran, aún hoy seguimos justificando, o buscando justificación para ellas. Pero estas justificaciones son las mismas que se han utilizado durante la historia. Afirmaciones como la realizada por Marco Tulio Cicerón jurista, político y filósofo romano (106-43 a.C.), “si ha de hacerse la guerra, hágase únicamente con la mira de obtener la paz” se utilizan hoy en día. Otra justificación recurrente es la que expresa Quinto Horacio Flaco (65-8 a.C.) poéta lírico y satírico “Dulce et decorum est pro patria mori. (Dulce y hermoso es morir por la patria)” idea que casi 2000 años después repite el escritor y periodista británico G. K. Chestertom (1874-1936) “El verdadero soldado no lucha porque odia lo que hay delante de él, sino porque ama qué hay detrás de él”. Incluso en el libro de Job del antiguo testamento se afirma que “Militia est vita hominis super terram. (La vida del hombre sobre la tierra es luchar)”. El filósofo polifacético escoces Thomas Carlyle (1795-1881) afirmó en el mismo sentido que el hombre ha nacido para luchar, y es como se le define mejor, diciendo que es un guerrero nato y que su vida, desde el principio al fin, no es sino una batalla.
Otra de las ideas de la guerra, frecuentemente ha sido así, es que ayuda en el desarrollo del conocimiento. Grandes avances se han dado en tiempos de guerra en diferentes áreas como aparatos bélicos, en medicina y otras muchas. En ocasiones, las guerras se han utilizado para experimentar con las vidas humanas cosa que fuera de un contexto de guerra seria inaceptables. El médico griego Hipócrates (460-370 a.C.) dijo “la guerra es la mejor escuela del cirujano”. Algo parecido deseaba expresar el novelista francés Pierre Benoit (1886-1962) con “la guerra es sin duda, después del claustro, la mayor escuela de la humanidad”.
Por lo que parece, aún habiendo consenso en la maldad que alberga la guerra no paramos de justificarla y dignificarla. Las principales civilizaciones han tenido dioses o diosas de la guerra. Los mas conocidos pueden ser Ares y Marte los dioses de la guerra de la cultura griega y romana respectivamente pero también tenemos a Badb Catha en la mitología Celta, a Chi You en la China, a Camaxtli en la mitología tlaxcalteca, Denix en Japon, Ek Chuan en la cultura Maya y un largo etcétera. Parece que tenemos con la guerra una doble relación, por una lado la odiamos y deseamos evitarla pero por otro lado la veneramos. Además como dijo el dramaturgo frances Jean Anouilh (1910-1987) “todas las guerras son santas. Os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener al cielo de su parte”. En una guerra todas las partes creen que su razón es la justa y que los dioses están con ellos.
La guerra ha sido un tema que se ha trabajado en el arte desde la antigüedad utilizando para ello toda clase de expresiones artísticas. Casi siempre se ha representado como un acto heroico, aún reconociendo el lado oscuro de ella. Las obras, en muchas ocasiones, se han utilizado como muestra de poder de los vencedores, para demostrar los sacrificios realizados por aquellos. Es por eso que al observar estas obras es posible apreciar un lado positivo o heroico de la guerra.
La primera obra que he seleccionado ha sido este dibujo interpretativo de una escena de batalla. Es una muestra del arte Mesolítico perteneciente a la edad del bronce encontrado en la cueva de Morella la Vella en Castellón. La escena aunque esquemática no muestra los horrores de la guerra. Es más una obra descriptiva sin ninguna connotación negativa apreciable.
Esta obra representa la batalla de Qadesh que sucedió en el año 1274 a.C. En ella se puede ver a Ramsés II luchando en su carro. Esta batalla tuvo lugar en la actual Siria. Ramsés después de una emboscada por parte de los hititas fue capaz de lograr una victoria inesperada. Esta obra también quiere glorificar la capacidad de Ramsés. Es una escena donde se muestra a un héroe que fue capaz de lograr la victoria cuando se creía que todo estaba perdido.
Los guerreros que podemos observar en esta ánfora ática, 570–565 a.C. muestran una escena similar a la anterior en cuanto a la actitud de los protagonistas. Es una escena limpia donde los guerreros luchan en una actitud muy estética. Esto puede ser reflejo del carácter religioso que se le otorgaba a la guerra. No se muestra el sufrimiento parece una escena cotidiana. Los griegos tenían un ritual muy estricto para cada etapa de la guerra que cumplían como se ha dicho con un sentimiento religioso muy profundo.
El gran sarcófago Ludovisi del siglo III muestra una batalla entre godos y romanos. Este tipo de sarcófagos de batalla eran típicos de la época. Se representa una gran cantidad de combatientes en una única escena. En la escena se pueden apreciar los dos bandos en combate los romanos todos ellos bien vestidos y con una actitud heroica mientras que los bárbaros barbudos y con el pelo largo todos ellos muestran una mueca de dolor o sufrimiento. Es obvio que el artista, romano, deseaba plasmar la heroicidad de los romanos frente a los bárbaros. Como se ha comentado anteriormente, este tipo de obras se utilizaban para hacer propaganda de las vitorias por lo que no se muestra el sufrimiento del vencedor, no interesa.
En esta obra del siglo XV se puede ver la representación de marte sentado en un arco iris empujando a dos ejércitos a que luchen entre ellos. Marte en una de las manos tiene una espada mientras que en la otra tiene un cetro como muestra de que es el que manda en esta situación. Marte al estar sentado en el arco iris y dado que este representa un mensaje de dios enviado a la tierra da ha entender que esta batalla es por deseo divino. Aunque e la obra se puede ver un caballero muerto pero dado la serenidad con la que observa el dios Marte no muestra los horrores de la guerra. El mensaje transmitido es que la guerra es un arte noble ejercido por deseo divino.
La obra La rendición de Breda o las lanzas fue pintada por el maestro Diego Velázquez sobre el año 1634. Este cuadro representa un suceso dentro de la guerra de los 80 años. En plena lucha por independizarse de España los holandeses tomaron Breda. Después de un sitio que fue una lección de estrategia militar los españoles consiguieron la rendición de Breda. Pero como reconocimiento de la valentía de los asediados se les permitió que salieran en formación militar con sus banderas al frente. En esta obra se reconoce la valentía, la nobleza y la heroicidad tanto de los vencedores como de los vencidos. Otorgándole a la guerra, una vez mas, ese halo de bondad. Velázquez mediante este cuadro ejerció con maestría su papel de cronista del poder de la corte española.
Esta obra titulada “el 3 de mayo en Madrid” fue pintada por Francisco de Goya en el año 1814. El cuadro enseña la lucha del pueblo español contra la ocupación francesa en el contexto del inicio de la guerra de independencia. En este cuadro ya podemos observar explícitamente los horrores de la guerra. Se pueden apreciar el horror de los que esperan a ser fusilados. El protagonista de la obra muestra, sin embargo, una actitud digna, con la cabeza en alto. El historiador de arte británico Kenneth Clark afirmó “es la primera pintura que puede llamarse grande y revolucionaria en toda la extensión de la palabra, en su temática, en su género y en su intención”. En esta obra se empieza ver lo que hasta entonces se escondía en las obras bélica, el sufrimiento humano.
Una vez en el siglo XX empieza tomar fuerza el movimiento de pacifismo moderno. Grandes hombres como Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Nelsol Mandela reivintican lo absurdo de la violencia y como consiguiente la guerra. Esto trae consigo una transformación en el modo que el arte trabaja o representa la guerra. El cambio que se produce es inmenso. Ala guerra se le desprovee de todo simbolismo heroico y se muestra en su estado crudo, cruel y carente de belleza y sentido.
Otto Dix (1891-1969) pintó y realizó gravados de escenas de la primera guerra mundial. El aguafuerte , aguatinta y punta seca elegido titulado “Danza de la muerte anno 17” muestra una escena atroz de una trinchera abandonada durante la primera gran guerra. Ahora ya, en este cuadro, no podemos encontrar héroes ni valientes. Lo único que podemos ver es la muerte, la destrucción. La escena es estremecedora y busca una opinión contra la barbarie de la guerra. Este artista alemán vivió la primera guerra mundial en las trincheras. Como bien dijo Dwight D. Eisenhower (1890-1969) militar y presidente estadounidense “Odio la guerra, ya que sólo un soldado que la ha vivido, es el único que ha visto su brutalidad, su inutilidad, su estupidez”. En esta misma línea se pronuncio Douglas MacArthur (1880-1964) general de cinco estrellas del Ejército de los Estados Unidos y mariscal de campo del Ejército Filipino “El soldado es el que primero que quiere la paz, ya que es el que debe sufrir y soportar las más profundas heridas y cicatrices de la guerra”.
A Huynh Cong Ut( 1951) es el autor de esta fotografiá que le llevo a ganar tanto el premio Pulitzer como el Wold Press Photo en 1973. Titulada “la niña del napalm” cambió el curso de la guerra de Vietnam. La foto muestra el horror de unos niños huyendo de los bombardeos con gas napalm. Es significativo ver el miedo de los niños corriendo dejando incluso su propia ropa atrás.
Por último he seleccionado esta instantánea premio Pulitzer de fotografía de 2016 tomada por Mauricio Lima, Tyler Hicks, Daniel Etter y Sergey Ponomarev, del The New York Times. En la fotografiá podemos ver un grupo de refugiados huyendo en busca den un futuro mejor pero para ello tienen jugarse la vida. Aunque no es visualizar directamente se puede palpar toda la carga de la guerra implícita en la imagen.
En este repaso superficial que hemos realizado en el modo de enfocar la guerra a lo largo de los distintos periodos de la historia podemos observar que ha habido una evolución. Desde los comienzos done la guerra tiene un encanto, transmite algunos aspectos positivos hasta la época actual donde la guerra se plasma como lo que es una gran desgracia. Parece que opiniones como “Todas las formas de violencia, especialmente la guerra, son totalmente inaceptables como medios para resolver disputas entre naciones, grupos y personas” del Dalai Lama (1935) están tomando fuerza y están creando una conciencia en las personas. El novelista norteamericano y amigo de los San Fermines Ernest Hemingway (1899-1961) como bien dijo “Nunca pienses que la guerra, no importa su necesidad o su justificación, no es un crimen.”
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