Cuatro etapas en la descripción de las historia de la ciencia en América Latina
En la conferencia impartida en la Pontificia Universidad Católica del Perú por el doctor Marcos Cueto que se nos ha propuesto estudiar como primer tarea de la asignatura de Historia de la ciencia en América Latina el ponente propone cuatro modos de ver o perspectivas de estudio de la historia de la ciencia que no solo son válidas para América latina sino también para otras áreas geográficas en general.
La primera visión o perspectiva es la que Cueto denomina “la historia de la ciencia Universal”. Esta visión tuvo su auge en los años 40 y 50 del siglo XX. Según esta visión la historia de la ciencia empieza en Europa occidental en el renacimiento y con la denominada Revolución científica. Se entiende como la historia del conocimiento racional que es desarrollado por especialistas o científicos y que es fuente de la modernización y civilización. Se cree que tiene un desarrollo ascendente y lineal. El conocimiento se crea en pocos países y mediante pocos pioneros y posteriormente se difunde al resto del mundo. Es el periodo del optimismo científico, se cree que la ciencia lo pude todo. Las fuentes de información son los libros y las publicaciones no se tienen en cuenta otras fuentes como archivos o testimonios. Son características de esta visión la creencia que la ciencia en América Latina comenzó con la inmigración de los europeos y que los conocimientos precolombinos eran meras supersticiones y charlatanerías no científicas. Una obra que resume bien esta percepción de la historia de la ciencia es el artículo muy controvertido de Geroge Basalla “The spread of Western Science, a three stage model describes the introducction of moderm science into any non-European nation” publicado en la revista Science en 1967. En este articulo se defiende la difusión de la ciencia occidental moderna en tres etapas: primera etapa, ausencia de ciencia; segunda etapa, ciencia colonial y tercera etapa, surgimiento una tradición científica independiente.
La segunda etapa que menciona Cueto es la que él denomina perspectiva receptora. En este paradigma se realiza una crítica severa a la visión excesivamente eurocentrista pero aun así se habla de la teoría de la dependencia entre centro y periferia. Se realizan adaptaciones locales de las teorías europeas. También se empieza ha estudiar la institucionalización de la ciencia como museos, jardines botánicos… Crece la relación entre investigadores y estados, mayor formación e investigación. Se reivindica que América Latina no fue una receptora pasiva de la ciencia. Se crean las primeras sociedades científicas de la historia de la ciencia. Se enfatizan las fuentes primaria y nacionales. El auge de esta perspectiva lo podemos ubicar en las años 80 de siglo pasado.
La tercera corriente en el estudio de la ciencia la que Cueto denomina perspectiva de la interacción tubo su punto culminante en la década de los 90 del pasado siglo. Esta etapa se caracteriza por la introducción de distintos actores, hasta ahora excluidos, en la historia de la ciencia como médicos populares, curanderos e incluso pacientes. Evolucionan más las disciplinas que el desarrollo de la instituciones. Se crean redes de debate tanto nacionales como internacionales.
La cuarta y última perspectiva que presenta Marcos Cueto es la que denomina la perspectiva de la circulación. Esta visión tubo su esplendor en la década de 2010. En un contexto de globalización ahora ya no es tan importante donde se generan los conocimientos es más un fenómeno transnacional que se consigue mediante trabajos conjuntos en equipo. Hay que hacer frente a dificultades de buscar información en archivos de distintos países y como consecuencia en distintos idiomas y diferentes tradiciones historiográficas. La divulgación de la ciencia es tan o mas importante que la propia investigación. En muchas ocasiones, aunque la posibilidad de comunicación es mayor que nunca no se conocen los trabajos que se realizan en otros lugares.
Cueto asegura que estas cuatro visiones o perspectivas aún conviven hoy en día y que se pueden encontrar historiadores modernos que trabajan con cualquiera de las cuatro paradigmas presentadas aunque cada una de ellas a tenido su punto álgido o periodo de prevalencia.
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