No dejemos para mañana lo que podamos empezar hoy!
Desde el inicio de nuestros tiempos la especie humana ha dependido de la energía para llevar a cavo su modo de vida. En un inicio solo contábamos con la energía que nuestro cuerpo podía suministrar pero a medida que evolucionamos y fuimos capaces de controlar distintos elementos como, el fuego, la fuerza de otros animales, la fuerza del agua y los vientos cada vez ha sido mayor el consumo de energía que precisamos para seguir un estilo de vida que sobre todo los occidentales blancos hemos impulsado y no estamos dispuestos a abandonar.
Es verdad que hoy en día cada vez estamos mas sensibilizados sobre los efectos del cambio climático y entendemos que si seguimos creciendo y consumiendo en la misma forma que hasta ahora nuestro planeta no será capaz de absorber o soportar lo que le estamos haciendo. Es obvio que el colapso es inminente. El problema es que aún siendo conscientes de ello es difícil tomar la decisión de decrecer. ¿Qué tendríamos que dejar de lado? ¿Como lo tendríamos que hacer? ¿Es suficiente con que cambiemos el sistema de producción y distribución de energía? ¿Es necesario cambiar nuestros hábitos de consumo de energía y otros bienes?
La respuesta es compleja y tiene muchas aristas. Por un lado es innegable que tenemos que cambiar las fuentes de energía que en estos momentos son mayoritarias. Quemar combustibles fósiles no es ya una buena opción. No es una estrategia válida a largo plazo. No solo por los gases de efecto invernadero que se producen al quemarlos, sino también por el desperdicio que supone simplemente quemar una materia prima tan versátil como el petróleo así como porque las reservas mundiales de esta son limitadas y cada vez mas escasas. La apuesta por las fuentes de energía renovables y no contaminantes es necesaria y ademas las tecnologías disponible se ha demostrado que son viables y económicas. Helióstatos gigantes, miniturbinas eólicas, el uso energia térmica del océano y otros muchos mas convencionales como placas solares tanto térmicas como fotovoltaicas, minihidráulicas, turbinas eólicas,…
Por otro lado es clave la concienciación y acción de los consumidores. Cada no de nosotros somos la llave para que el cambio climático que se va a producir no sea catastrófico. Necesitamos cambiar de hábitos. Ser mas conscientes de lo que consumimos y reducir, no solo en la medida de lo posible. Necesariamente tendremos que dejar costumbres y modos de vivir estrafalarios en el camino pero a la larga estoy seguro que habrá merecido la pena.
Para finalizar me gustaría mencionar una reflexión que he encontrado en el libro “Energia sostenible sin malos humos” que es una adaptación que varios profesores de la UPNA a realizado del exitoso libro de D. Mackay “Sustainable energy whithout the hot air”. La reflexión parte de la frase muy extendida “muchos pocos suman mucho”. Los autores del citado libro rompen este mito diciendo “si todo el mundo hace poco, conseguiremos poco.”. Es por ello que cada uno de nosotros, las empresas, los gobiernos, en resumen, toda la humanidad tenemos que hacer todo lo posible para evitar el colapso de nuestro planeta y además no lo podemos dejar para mañana. Manos a la obra!
Referencias:
«Energía
sostenible: sin malos humos», un libro con licencia Creative
Commons,
escrito por Javier Samanes Pascual, Julio Pascual Miqueleiz, Alberto
Berrueta Irigoyen, Miguel Araiz Vega, Leyre Catalán Ros, Patricia
Aranguren Garacochea y David Arribicita de Andrés.
https://www.youtube.com/watch?v=DFfAGuWaQe4
https://www.youtube.com/watch?v=aOVR3R6aH0g
Imagen:
https://pixabay.com/es/illustrations/cambio-clim%C3%A1tico-calentamiento-global-2254711/
Comentarios
Publicar un comentario