Código genético y ancestro primigenio común.
Los seres vivos poseemos un código que organiza nuestros ácidos nucleicos, tanto del ADN como del ARN. Denominamos código genético al ordenamiento puntual de dichos nucleótidos en la secuencia que forma el ADN. Mediante esta secuencia u ordenamiento de las triadas, denominadas codones, que están formados por tres bases. Los compuestos que son las bases de nucleótidos, son las que componen las triadas y son cuatro: adenina (A), timina (T), cotosina (c) y guanina (G).
El código genético actúa como un diccionario o una guía de montaje para que la célula pueda obtener los aminoácidos que asignan los codones y se ensamblen en forma de proteína en el mismo orden que los coddones en el ADN. Para ello primero el ADN se debe de transformar en ARN, es un estilo de traducción, para que después con los nucleótidos presentes en el citoplasma de la célula, fuera del núcleo, bajo el control de los ribosomas se realice el ensamblaje y se obtenga la proteína deseada.
El código genético estable una equivalencia entre el orden de las triadas en el ADN o ARN y el lenguaje de las proteínas. Ya que cada proteína está compuesta por unos determinados aminoácidos dispuestos en una secuencia concreta. El código genético nos dice tanto los materiales, aminoácidos, necesarios como el orden en los que se tienen que ensamblar.
Todos los seres vivos tenemos un código genético casi idéntico. Aunque los humano solemos tener la tendencia de pensar que somos especiales, el código genético de biosfera está escrito en el mismo lenguaje. Las cuatro bases de nucleótidos son los caracteres y cada combinación de estas siempre resulta en la misma proteína sea el que se la célula que lo sintetice, se dice que el código es universal. Esto hace pensar que todos los seres vivos tenemos un ancestro común.
Podemos decir, dado el parecido de los procesos bioquímicos y fisiológicos de todos los seres vivos, que tenemos un único mecanismo para la síntesis de proteínas. La conclusión de este hecho es que existe un plan genético básico común para todas las especies. Es por ello que podemos proclamar un ancestro único común para todas las formas de vida.
Referencias
Pedro José Cascajosa, De los quarks a la próxima extinción, Axencia Galega de Innovación, 2012.
Richard Dawkins, El gen egoísta, Salvat Editores, 1990.
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