Oír y escuchar
Recuerdo de cuando yo era un crio el eslogan de un programa de radio que hoy aún sigue en el aire donde dicen: “Cuando no es lo mismo ni ver que mirar ni oír que escuchar oye como va en radio popular”. Siendo yo euskaldun y en aquellos tiempos no dominaba en absoluto la lengua castellana recuerdo que siempre preguntaba la diferencia entre oír y escuchar ya que la diferencia entre ver y mirar me parecía obvia pero no tanto la primera. Ahora con algunos años más y con la experiencia que te da la vida me rio cada vez que me viene a la cabeza este eslogan, que como he dicho, todavía lo utilizan.
La gran diferencia entre oír y escuchar en mi opinión es que el oír es un acto involuntario que se debe a la percepción de los sonidos mediante los oídos. Es la capacidad de captar los sonidos. Algo que una persona sin problemas auditivos hace por el mero hecho de tener el sentido del oído. Muchas veces el oír un sonido no significa que seamos capaces de interpretarlo y mucho menos entenderlo.
La acción de escuchar, por su parte, tiene otra connotación mucho mas profunda. En este caso, la acción debe ser totalmente consciente y voluntaria. La persona que escucha tiene que tener una actitud activa tiene que querer entender lo que oye. En el acto de escuchar el receptor tiene que mostrar tanto interés como el emisor con respecto el mensaje. Cuando realizamos una escucha activa no solo prestamos atención a lo que oímos, también es importante conocer el contexto, la intención del mensaje. Tenemos que estar dispuestos a interpretar el mensaje que estamos recibiendo y para ello no solo se utiliza el oído, utilizamos también la vista para captar e interpretar el lenguaje corporal, la expresión de la cara y otras cuestiones que nos ayudan a entender mejor el mensaje sonoro que hemos oído. Cuando realizamos la acción de escuchar implica que esta escucha dejara una huella en nosotros, nos evocara preguntas, ganas de saber, dudas,…
Es por ello que cuando hacemos una escucha nuestro cerebro trabaja por ejemplo para captar el mensaje que nos interesa ignorando otras informaciones sonoras que pueden obstaculizar la recepción adecuada del mensaje deseado. En ejemplo pude ser que en ambientes muy ruidosos solemos ser capaces de abstraernos del ruido y centrarnos en lo que nos interesa, en el caso de mensajes por megafonía somos capaces de recibir mensajes emitidos no en muy buenos parámetros de comunicación. Somos capaces de discriminar el ruido del mensaje que deseamos captar. Nuestro cerebro es capaz de de centrarse en los mensajes sonoros que nos interesan.
Es obvio que no todos percibimos la música del mismo modo, en función de la educación musical que poseemos, en función de la clase de música que hemos oído en las distintas etapas de la vida, en función de los sentimientos que asociamos o nuestro cerebro asocia a cada tipo de música nos agrada o desagrada un tipo de música. Es por ello que hay algunos temas musicales que nos emocionan y otros nos molestan.
El escuchar es un acto voluntario y consciente que hacemos los humanos y comprende un esfuerzo por querer entender el mensaje. En esta intención también participan nuestros gustos, perjuicios, conocimientos, asociaciones los que ayudan a entender o captar de un modo u otro el mensaje escuchado.
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Kaixo Egoitz! La verdad es que has completado la tarea el primero del grupo. Valoro tus ganas de abordar la asignatura. Tus comentarios me parecen pertinentes y oportunos en cuanto al contenido y coincidimos en la idea de que escuchar es un acto volitivo con una intencionalidad que tú has explicado muy bien: entender el mensaje. También has mencionado la importancia del contexto en la decodificación del mensaje, aunque yo no estoy tan segura de que con ruido (sonidos desordenados) por medio se pueda realizar una actividad discriminatoria de escucha. Yo no suelo poder...Por eso, por ejemplo, nunca he podido estudiar con música al mismo tiempo porque o escucho la música o estudio.
ResponderEliminarY ¿qué me dices de lo contrario que argumentas en tu entrada? ¿puedes dejar de escuchar, si quieres? Pruébalo y dime si te resulta sencillo y qué estrategias empleas para disociar lo que oyes de lo que haces o piensas en ese momento.
Por cierto, cuida los signos de puntuación en las frases. En castellano son las mismas normas que en Euskera, hasta donde yo se.
Ya tienes tu primer punto!