Revolución incluso en el calendario
El calendario revolucionario fue introducido por la Asamblea Nacional Francesa después de la revolución francesa. El gran objetivo de implantarlo era romper o poner un punto final al antiguo régimen y para ello los miembros de la asamblea veían necesario un cambio drástico global incluso en el calendario. El calendario que estaba en rigor hasta entonces era el calendario Gregoriano que estaba repleto de referencias religiosas y justificaban de alguna manera el antiguo régimen con el que se quería romper. Cambiando el calendario se deseaban evitar referencias a la biblia y al mito de la creación del mundo del mismo.
Al mismo tiempo que trabajaban el sistema métrico decimal también empezaron a trabajar en un calendario sin connotaciones y vinculaciones con el antiguo régimen. Para ello siguiendo la misma vía tomada para la definición del sistema métrico y decidieron que el sistema tendría que ser decimal. Idearon un sistema que contemplaba 12 meses de 30 días cada uno a los que se les añadía después del último mes 5 días denominados epagómenos. Se definieron también reglas para compensar los desajustes generados por los años bisiestos y otros acontecimientos. Los meses se dividían en tres semanas de 10 días. En el año 1793 se implantó el nuevo calendario revolucionario en toda la república.
Para decir la verdad el nuevo calendario no tuvo mucho éxito, José María de Francisco Olmos en su trabajo “Los calendarios d ella revolución francesa. De la era de la libertad al calendario republicano”, reconoce que era un calendario oficial, prácticamente usado sólo por la administración y en París, el pueblo no lo llegó a aceptar nunca. Es por ello que pronto se empezaron realiza pequeñas modificaciones y al final en el año 1805 el emperador Napoleón decretó volver al sistema antiguo de contar el tiempo, volver al calendario gregoriano.
Las razones del fracaso del calendario revolucionario podría haber sido entre otros:
1- Los astros no se regían por sistema decimal y era un lío hacer las correcciones necesarias para ajustar el calendario.
2- Se descansaba el décimo día de cada década, es decir solo se descansaba 1 día de cada diez mientras que en el calendario Gregoriano se descansaba 1 día de cada siete, los domingos. Esto seguro que fue un problema para muchos trabajadores.
3- Reacción conservadora. Supongo que mucha gente se opondría al cambio impuesto ya que bien por su vocación religiosa, razones culturales o por el mero hecho de la costumbre estarían mas cómodos con el calendario Gregoriano. Es de suponer que la iglesia francesa así como la santa sede ofrecerían una resistencia muy grande al cambio.
4- Supondría un problema para unificar o coordinar fechas con otros países ya que ningún país independiente adoptaría un calendario basado en hechos acontecidos en un tercer país. Esto traería errores continuos en la transformación de fechas y malos entendidos.
La idea de crear una calendario alternativo al Gregoriano que está construido sobre referencias religiosas podría ser una buena herramienta para romper definitivamente con el antiguo régimen y así lo intento la Asamblea Nacional de la república de Francia pero encontró gran resistencia a la hora de poder implantarlo. Es por ello que después de 12 años de utilización, sobre todo por la administración central, se decidió abandonarlo y asumir que la revolución en algunos aspectos no podía ir tan lejos como desearían.
Referencias
Dr. D. José María
de Francisco Olmos
https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2013-08-22-03_francisco%20olmos92.pdf
Imagen:
http://cliomadrid.blogspot.com/2015/11/el-calendario-revolucionario-el.html
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